8 de marzo de 2012

Ni siquiera pudiste mirarme a los ojos.

Primero me da pena que todo haya acabado, luego me doy cuenta de cómo te portaste y ese sentimiento se escapa sin darme casi cuenta.

No esperaba mucho más de alguien que no pudo decirme el por qué y mirarme a los ojos. No esperaba mucho más de alguien que dejó que el miedo le pudiera, sin intentarlo una sola vez. Aunque la verdad, no puedo hablar mucho respecto a eso, yo soy igual.

Y es que si quieres mi opinión, pudimos tenerlo todo, absolutamente. Pero no sabes controlarte. No sabes controlar la llama, y al final, te acabas quemando. Y me jode, me jode que seas asquerosamente perfecta, me jode tu habilidad de jugar con quien quieras. Me jode(s).

Y ahora, pensando que aceptaré, me pides que remiende tus heridas.

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