29 de diciembre de 2012

De repente, te da por disfrutar.

    Notas como el tacto del suelo cambia, te obliga a andar de una manera más segura, pisando fuerte.

    Poco a poco notas como tu cara se humedece, como tu pelo va deslizándose, cada vez más pesado hasta llegar a tu piel, pegándose.

    De repente, paras en seco.
    Te da por estirar los brazos, por mirar al cielo aún sabiendo que no vas a poder casi abrir los ojos, por dar vueltas lentamente.
    Te da por disfrutar.

    Comienzas a gotear, la ropa empieza a pesar. Pero el hecho de estar empapado y bajo la lluvia en realidad no te importa para nada.

[foto: tumblr]

14 de diciembre de 2012

Porque hay cosas que son inevitables.

Volverá a sonar por tu boca "no puedo más, hasta aquí hemos llegado". Llorarás como tantas otras veces, aunque sepas que eso no va a cambiar nada. Te dejarás caer en la cama, mirando al techo, esperando a que pase algo. Te irás a dormir sin ganas de despertar. Te despertarás sin ganas de dormir.

Te quedarás despierto pensando por qué estás donde estás. Dando vueltas y vueltas a la idea más estúpida que tengas en la cabeza. Te dolerán las cosas malas que te han soltado y no las sacarás de tu cabeza. Y, las cosas buenas, que podrían eclipsar si supieras cómo a las malas, las echarás de tus pensamientos.

No siempre, pero siempre a veces.