Cada día era cada día, sin más.
Despertarme, existir y acostarme.
Ahora ya nada de eso. Sé lo que es, lo estoy palpando. Y no voy a soltarlo nunca.
Cada día son todas esas oportunidades, sonrisas, cambios... Claro que la lista ha cambiado, un detalle, de los grandes e importantes:
Despertarme, vivir y acostarme.
En algún momento te decides y lo cambias, dejas de existir para comenzar a vivir.
Ese cambio no depende de nadie excepto de ti.
Año nuevo, año viejo, octubre o abril. Da lo mismo. Cada día sirve. Cada momento.
Porque no siempre va a ser de esta manera, quién sabe, ¿no?
En este momento eres infinito.
A veces nos olvidamos de los detalles y son los más importantes al fin de todo.
Porque, ¿esto qué es sino detalles pequeños que hay saber apreciar que constituyen algo grande...?