El lugar donde viene a morir el amor.

Traté de describir el tedio y la constancia de algunas cosas verdaderas, creí que duraderas. Conté hacia atrás para dormirte y fracasé. Tú me dedicaste el espacio, la cordura. La lluvia caliente y húmeda, historia de tu espera, que viene a dormir las tardes de marzo, que deja pasar en su nombre el dolor.
Asistiremos tan elegantes y entre las flores diremos adiós.
Mira el pecho abierto y tu corazón inmóvil, está apunto de partirse en millones de colores. Y vas a morir en este momento, serás afortunado si no deja de doler.

Nadie quiere recordar una vida a la mitad.

Miramos por la ventana, vemos el tiempo pasar. Podemos mascarlo, saborearlo. Sabemos que está pasando por delante de nuestras narices pero no queremos hacemos nada para evitarlo, no podemos hacer nada para evitarlo. No sabemos bien cómo salir adelante, necesitamos a alguien, alguien que esté ahí para recordarnos que no nos dejará caer, y si comete un error y nos derrumbamos, que esté ahí para recoger las piezas.

Ahora nuestros recuerdos parecen ser de otra persona, parece que nunca los hubiéramos vivido, parece que los hemos borrado de la lista de memorias. Pero ninguno de nosotros quiere que se esfumen, no queremos que se escondan en rincones donde no los encontremos nunca. Nadie quiere eso, nadie quiere olvidar todos los buenos momentos que pasamos, nadie quiere recordar una vida a la mitad.

Pero todos preferimos quedarnos quietos frente a nuestros pensamientos, esperando que ellos actúen antes que tú. Preferimos dejar que la corriente se lleve lo que no queremos, pero somos tan ilusos que creemos que  al final podremos cogerlo, ponerlo a secar y utilizarlo como lo hicimos una vez.
Somos conscientes de que todo pasa por delante de nosotros, somos conscientes de que tenemos que pararlo como sea, hacer de esto algo nuestro, algo donde podamos ser nosotros, ser libres o al menos, sentir que lo somos.

Pero seguimos mirando a la ventana, sin querer hacer nada, sin poder hacer nada.

¿Puedes oirlo?

Silencio.
Silencio es eso que sólo escuchan unos pocos. Silencio es el grito más doloroso de una persona. Silencio es no saber reaccionar, no saber colocar todas las mierdas de tu cabeza. Silencio es eso que queda cuando te das cuenta de que sólo eres polvo. Silencio es sentirte solo cada segundo. Silencio es lo que son algunas personas, por miedo dejar de ser, dejar de ser incluso eso. Silencio es eso entre el "por qué" y la respuesta... si la hay.
Silencio es el final de todas las historias.

Ahora no me quedan palabras.

Estoy seguro de que algún día llegaré a casa después de clase y pensaré: "Hoy ha sido un buen día, hoy me siento bien".
De lo que no estoy tan seguro es de que ese día llegue lo antes posible.
En estos momentos sólo piensas en no pensar, sólo quieres evadirte de todo, olvidarlo todo y a todos.

Plantearte el empezar a pensar sólo en ti, porque piensas que lo necesitas más que los demás.
Y es que no quiero un final feliz, sólo quiero serlo.

 "Naciste para luchar, descansa tranquila, eres paz".

Aún sigo en ruinas.

...aún seguimos en ruinas.

Canción de amor y muerte.

Hoy marchita y cansada, besarte infectada desde el corazón, no hay dolor. Hay una luz tenebrosa, no te pongas nerviosa que ya nada te hará de verdad. Y tú serás la princesa que me muerde y me besa y transforma mi piel en papel. Y yo seguiré aquí a tu lado a pesar de lo raro que sea nuestro amor. Tras el viento a tu encuentro, eterno vagar por el desierto.
Ya lo entiendo, somos todo esto, voy contigo hasta el final.
Con lo puesto voy a contagiar a esta ciudad con nuestro amor que todos miran mal. Fue la canción, la enfermedad que bailará toda la ciudad.

Guapa y peligrosa, no te limpies la ropa que me gustas así, para mí. Y es que a pesar de la muerte, de la vida o la suerte yo siempre te querré, ¿no lo ves? Es un cuento y lamento que no haya un final de momento. Y lo intento todo el tiempo, que no haya un final de momento. Hoy descubrirán la reacción de este motor que arde hasta el final. Será mi voz la conclusión de todo lo que hay, todo lo que vendrá.

Marchita y cansada, besarte infectada fue mi decisión, no hay dolor.

Sin título.

No encajo, no encajo en ningún sitio. Por más que busco y busco no encuentro un lugar dónde pueda estar a gusto, ser yo mismo. Y si lo encuentro, por un periodo corto de tiempo, porque de tantos gilipollas que hay por ahí, ya se encarga alguno de venir a joderme a mí.

Todo va mal, todo se junta, es mucho peso y mis hombros no van a poder aguantar mucho más. Siempre he querido que alguien sea capaz de decir "yo siempre estaré aquí". Pero a la cara, sin kilómetros que nos separen. Ni pantallas de ordenador.

Estoy cansado de estar cansado, cansado de pensar que no soy lo suficientemente bueno para hacer algo, pero en realidad sé que es así y nadie va a cambiarlo.

Cansado de no ser lo suficientemente fuerte.

¿Alguien que quiera salvarme?

Tengo un sueño, un mundo en el que lo que importe es la realidad, no lo que la gente vaya diciendo a las espaldas.
Tengo un sueño, un mundo en el que la palabra "solitario" no existe.

Tengo un sueño. ¿Le hacemos realidad?

Ni siquiera pudiste mirarme a los ojos.

Primero me da pena que todo haya acabado, luego me doy cuenta de cómo te portaste y ese sentimiento se escapa sin darme casi cuenta.

No esperaba mucho más de alguien que no pudo decirme el por qué y mirarme a los ojos. No esperaba mucho más de alguien que dejó que el miedo le pudiera, sin intentarlo una sola vez. Aunque la verdad, no puedo hablar mucho respecto a eso, yo soy igual.

Y es que si quieres mi opinión, pudimos tenerlo todo, absolutamente. Pero no sabes controlarte. No sabes controlar la llama, y al final, te acabas quemando. Y me jode, me jode que seas asquerosamente perfecta, me jode tu habilidad de jugar con quien quieras. Me jode(s).

Y ahora, pensando que aceptaré, me pides que remiende tus heridas.

Seguimos tan distantes.

Intentas esconderlo pero ambos sabemos que tarde o temprano acabarás deslizándote, tratando de sacar algo de provecho. Intentas tapar tu verdadera personalidad, quieres caerle bien a todo el mundo y eso no siempre es bueno. 

Tu estrategia ya me la sé, tiras y tiras y cuando ves que algo no va bien, al borde de caer y no volver a levantarte, sueltas. Sueltas a donde caiga quien está al otro extremo de la cuerda. Esta vez me ha tocado a mi, y te ha salido mal el juego, has soltado sin saber, y he aparecido lejos. 

Ardemos sin saberlo, muy adentro. Arden los sentimientos, arden las ideas. Ardes sin saberlo.

Seamos realistas.

Días así son los que quieres echar a correr, a donde tus pies te lleven. Escapar de los miedos que no te sueltan, que te limitan a hacer lo que la gente quiere ver y escuchar. Habrá algún día en el que se darán cuenta de que no pueden vivir mi vida, que no soy la marioneta de ninguna mierda de sociedad.