17 de diciembre de 2011

Luces del frío diciembre.

Y en ese momento te perdí, sentí un gran vacío. Sentí el frío en mi piel, un frío diferente a cuando estaba contigo. Las luces de las calles se apagan, la sonrisa de la gente no es igual de alegre, mi sonrisa no es igual de alegre.
Pensé en hacer algo, en algo nada bueno, en algo que no olvidases nunca. Pero no, no fui capaz.
Hemos llegado al punto en el que no distingue de bien o mal. Pasar de ese punto nos ha dejado así. Y ahora ninguno puede hacer nada. 
El agua empieza a dejar de ser insípida, los verbos dejan de estar completos sin utilizar el 'querer'.
Pero entonces me entró una chispa de positividad en el cuerpo, sentí que nada podía conmigo, que iba a seguir mi vida como si todo el pasado hubiera sido solo un sueño. Y ese vacío deja de ser tan profundo, y las luces empiezan a alegría, al igual que mi sonrisa. Ahora eres tú quien no puedes hacer nada, ahora es a ti a quien le toca joderse.