Traté de describir el tedio y la constancia de algunas cosas verdaderas, creí que duraderas. Conté hacia atrás para dormirte y fracasé. Tú me dedicaste el espacio, la cordura. La lluvia caliente y húmeda, historia de tu espera, que viene a dormir las tardes de marzo, que deja pasar en su nombre el dolor.
Asistiremos tan elegantes y entre las flores diremos adiós.
Mira el pecho abierto y tu corazón inmóvil, está apunto de partirse en millones de colores. Y vas a morir en este momento, serás afortunado si no deja de doler.
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