8 de noviembre de 2013

Invencibles.

Se parecen a nosotros, ¿sabes? Se encienden, se apagan. Sin avisar.

Su inmensidad que te arropa y te abandona a la vez.
No puedes odiarlas, te dan la vida y cuando no miras, te la absorben. Y tú ni te enteras.
Te enseñan que lo diminuto y lo enorme tiene sitio a la vez dentro de ti.

Las ves pasar, llenas de sueños (rotos o por estrenar), llenas de risas, de llantos, una historia de cada una. Al fin y al cabo, llenas de vida.
Y cuando te quieres dar cuenta, observándolas día a día, sabes que tú siempre has sido una de ellas.
Que tú has nacido para estar ahí, para tener sueños, risas, llantos, historias y vida en tu interior.

Y nadie puede apartar ese sentimiento de ti, porque ahí, entre luces, suspiros, humo, ruido... eres invencible.

[foto: tumblr]